Prohibido Entrar
Resiste Abuel@
El virus solo nos ha dejado al descubierto, nos dice de una dura manara en que hemos fallado como humano, que hemos permitido o que nos hemos negado, ya no vale quejarnos o llorar la leche derramada, ahora vale #quedarnosencasa y cuidarnos, reconocernos que somos necesarios y que debemos estar juntas. Recuperar esa parte que hemos perdido, por los tiempos, por las peculiaridades de los trabajo o por lo que sea. Aún estamos a tiempo.
El virus se está cebando con la población mayor, solos, solas, lejos de las nietas, los nietos, sus hijas e hijas, el caminar despacio también se duerme, se queda quieta totalmente. Las puertas cerradas, los silencios, las ganas de abrazar y tenerle, pero ¿Desde cuando vino el virus?
Muchas cuidadoras de personas mayores que movemos las cortinas, sacudimos las sabanas, oímos nos llantos, acompañamos, abrazamos, y hasta hemos llorado con ellos, les animamos, reímos o bailamos.
La soledad es relativa, pero solo cuando la decidimos vivir con conciencia. La soledad de muchos abuelos es la solitud, y nosotras nos perdemos esa parte bella de la vida.
En el encierro o confinamiento aprovechamos para hablar, jugar, hacer cosas juntas, también para animar a las abuelos y abuelas del mundo, por su aporte, su amor, su compañía, sus conocimientos, su sabiduría.
Abuelo, abuela, resiste que te quiero abrazar cuando todo esto pase y podamos cantar aquella canción, te acuardas?
Hola Don Pepito.
- Hola Don José.
- ¿Pasó usted ya por casa?
- Por su casa yo pasé.
- ¿Vió usted a mi abuela?
- A su abuela yo la ví.
- Adiós Don Pepito.
- Adiós Don José.