dos mujeres

Seguimos rezando encuarentenadas

Dónde no ha llegado, dónde no está metido, un migrante invisible que ha viajado a través de las manos, los abrazos y los besos humanos.

dos mujeres
Brujas Migrantes

El virus tiene corona, ya va pasando por Europa y ahora se abre puertas con nuestra américa colonizada. Despierta pueblo, despierta!! Que muchos gobiernos solo llegan al poder para chupar la teta y el virus mata o entristece a la masa más vulnerable.

El virus no va contra nadie, el virus va contra el descuido de los malos gobiernos.

La sociedad se creía inteligente, los gobernantes y el dios dinero creía que lo era todo, pero viene este vicho invisible y nos arrastra como trapos y nos espanta, hasta meternos en la cama.

Somos fuertes, somos valientes, somos héroes, y una mierda, no somos nada. Este virus le da la razón a la flaca sanidad pública, a la educación y a la investigación.

Cuando hay pandemia, el problema es de salud pública, ahí la sanidad tiene que salvar a todo dios, porque en tiempo de pandemia el único seguro que vale es el de los muertos, por lo menos para que las ceniza no se confundan.

Desde el sur, hasta el norte, del este al oeste, por todo los rincones de la madre tierra estas letanías para honrar a un pueblo en cuarentena, a un pueblo cagado de miedo, a un pueblo que se guarda del dios invisible.

Mujeres de la doble y triple jornada, para los hombres que siendo padres hasta ahora tienen oportunidad de estar con sus hijos e hijas, para los abuelos y abuelas invisibles, para las empleadas del hogar internas.

Jamileth Chavarria

Rezando en cuarentena

Ni la bruja se salva de este encierro

Amoras intercontinentales, interpaisanas o transfronteriza. Negra, blancas, pobres, ricas, migrantes, viajeras, ansiosas, desesperadas, aplastadas o soñadoras, luchadoras, libres, brujas, sabias, de derechas o de izquierdas, honorables presas del coronavirus.

Les hablo desde el confinamiento en la huerta de valdecarabanos.

Y como en mi vida solo he aprendido a rezar, eso me enseñaron desde que llego culón, hoy rezo para ustedes. Rezo para mí, por las otras. Por las grandes y por las peques y por el reino animal único libre hoy.

Y también voy a rezar por el cabrón del virus. Aunque ya sé que no es un ser vivo es que me parece divino. No es cualquiera, se nota que es un desgraciado cabrón nos dejó con el culo al aire.

Jamileth Chavarria

Rezamos.
Santa Cagona.
Saludos a toda la gente del mundo que se quedó en casa escapándose del virus que tiene corona.
Santa Antena
Nos acompañamos hoy en el confinamiento y la eterna cuarentena.
Santo galapagar.
El virus dejo con el culo al aire al poder, compraron armas de guerra y se olvidaron de la investigar.
Santa centolla.
Ni educación, ni ciencia solo les interesa el tamaño de la polla.
Santo Broche.
Libra a Nicaragua y su gente, del par de asesinos que los gobierna y asecha día y noche.

Manta a los abueles

Resiste Abuel@

Valdecarábanos, Castilla La Mancha

El virus solo nos ha dejado al descubierto, nos dice de una dura manara en que hemos fallado como humano, que hemos permitido o que nos hemos negado, ya no vale quejarnos o llorar la leche derramada, ahora vale #quedarnosencasa y cuidarnos, reconocernos que somos necesarios y que debemos estar juntas. Recuperar esa parte que hemos perdido, por los tiempos, por las peculiaridades de los trabajo o por lo que sea. Aún estamos a tiempo.

El virus se está cebando con la población mayor, solos, solas, lejos de las nietas, los nietos, sus hijas e hijas, el caminar despacio también se duerme, se queda quieta totalmente. Las puertas cerradas, los silencios, las ganas de abrazar y tenerle, pero ¿Desde cuando vino el virus?

Muchas cuidadoras de personas mayores que movemos las cortinas, sacudimos las sabanas, oímos nos llantos, acompañamos, abrazamos, y hasta hemos llorado con ellos, les animamos, reímos o bailamos.
La soledad es relativa, pero solo cuando la decidimos vivir con conciencia. La soledad de muchos abuelos es la solitud, y nosotras nos perdemos esa parte bella de la vida.

En el encierro o confinamiento aprovechamos para hablar, jugar, hacer cosas juntas, también para animar a las abuelos y abuelas del mundo, por su aporte, su amor, su compañía, sus conocimientos, su sabiduría.
Abuelo, abuela, resiste que te quiero abrazar cuando todo esto pase y podamos cantar aquella canción, te acuardas?
Hola Don Pepito.

  • Hola Don José.
  • ¿Pasó usted ya por casa?
  • Por su casa yo pasé.
  • ¿Vió usted a mi abuela?
  • A su abuela yo la ví.
  • Adiós Don Pepito.
  • Adiós Don José.