Amoras intercontinentales, interpaisanas o transfronteriza. Negra, blancas, pobres, ricas, migrantes, viajeras, ansiosas, desesperadas, aplastadas o soñadoras, luchadoras, libres, brujas, sabias, de derechas o de izquierdas, honorables presas del coronavirus.
Les hablo desde el confinamiento en la huerta de valdecarabanos.
Y como en mi vida solo he aprendido a rezar, eso me enseñaron desde que llego culón, hoy rezo para ustedes. Rezo para mí, por las otras. Por las grandes y por las peques y por el reino animal único libre hoy.
Y también voy a rezar por el cabrón del virus. Aunque ya sé que no es un ser vivo es que me parece divino. No es cualquiera, se nota que es un desgraciado cabrón nos dejó con el culo al aire.
Rezamos. Santa Cagona. Saludos a toda la gente del mundo que se quedó en casa escapándose del virus que tiene corona. Santa Antena Nos acompañamos hoy en el confinamiento y la eterna cuarentena. Santo galapagar. El virus dejo con el culo al aire al poder, compraron armas de guerra y se olvidaron de la investigar. Santa centolla. Ni educación, ni ciencia solo les interesa el tamaño de la polla. Santo Broche. Libra a Nicaragua y su gente, del par de asesinos que los gobierna y asecha día y noche.
Ya vez, por muy optimista que parezca, hay días que no es posible no tener ganas de quemar, romper, saltar la valla, de asaltar el Carmen, de achicharrar algún cable de alta tensión o simplemente Leer más…
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